domingo, 17 de febrero de 2008

Odio la playa

1.-

Odio la playa porque es el lugar ideal para que figuretis y exhibicionistas –de ambos sexos– demuestren sus cualidades en el poco modesto arte del gileo. Odio la playa tanto como la palabra 'trikini'. Odio las ropas de baño floreadas tanto como a los tipos que usan tanga (¿cuál es su propósito?). Odio a los fisicoculturistas que hacen ejercicios en el malecón y se pasean con diminutos shorts que los hacen ver mariconazos.

Odio a los ancianos que venden rosquitas y maní confitado (¿quién diablos come eso en la playa?). Odio a las chicas con hilos dentales porque son sinónimo de erección. Odio a las gaviotas que vuelan y te cagan en la cabeza. Odio a los pescadores porque parecen hampones. Odio a los turistas que se pasean por la orilla como si nunca hubieran visto agua ni arena. Odio no saber nadar. Odio la ropa Rip Sol.

2.-

Odio a los surfers porque se creen chéveres. Odio a las viejas que llevan sus colgantes mondongos a tomar color mientras fuman sus Lucky Strike. Odio que los niños hagan castillos de arena tanto como a la gente que disfruta enterrándose. Odio los lentes de sol tanto como los polos de manga cero. Odio los pareos tanto como las sombrillas y las sillas playeras.

Odio a la gente que se mea (y caga) dentro del mar y sale sonriendo. Odio a las paisanas que llevan ollas de arroz con pollo, tallarines, ceviche y chanfanita para lavarlas en el mar luego de haberlas usado. Odio a los salvavidas y sus calzoncillos color naranja tanto como a los policías ecológicos que usan moto. Odio que la gaseosa cueste tan caro y que los sándwich de pollo siempre me den diarrea.

3.-

Odio a mis amigos porque pretenden ser tablistas y nunca lo serán. Odio que otros usen mi toalla para secarse la entrepierna. Odio tener que compartir mi bronceador y mi vianda. Odio que se burlen de mí porque no me quito las zapatillas, sí, lo odio tanto como el hecho de que me miren raro por no entrar a bañarme. Odio a los cabros tanto como a las feas que malogran mis masturbaciones mentales.

Odio la playa porque es la excusa perfecta para estar contento. Odio no encontrar a nadie triste ni molesto en ese maldito lugar. Odio ser tan blanco y sufrir tanto con las quemaduras. Odio que mi madre me ponga tomate en la espalda cuando sufro de insolación. Odio a la gente que usa Coca Cola para broncearse. Odio los parapente tanto como las motos acuáticas.

4.-

Odio el hitazo del verano, pero odio más a la gente que lo canta en el micro. Odio los comerciales de cerveza porque he estado ebrio muchas veces y nunca han aparecido gatitas ni piratitas para acicalarme. Odio la frase ‘nuevas tendencias’ que dicen todos los gays cuando presentan su huachafa ropa en los noticieros matutinos. Odio las avionetas que pasan haciendo publicidad a alguna marca. Odio a Nino Peñaloza y a Ciro Taipe.

Odio Asia, Hapas, Home y todos esos lugares porque –aunque no he ido a ninguno– me llena de cólera que todo el mundo los mencione. Odio Máncora y Punta Sal porque mi familia va y yo no. Pero lo que más odio del verano es estar muriéndome de calor escribiendo estupideces mientras otros disfrutan y sonríen en esta época del año que solo me trae cólera y envidia.